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1. Debería ser remunerado el trabajo de cuidado…

Claro, las mujeres deben ser remuneradas porque la mujer se levanta desde las cuatro de la mañana a preparar los alimentos, a llevar los niños a la escuela, a arreglar la casa y nuevamente a preparar los alimentos. Son enfermeras, son doctoras, son todo porque tienen que atender a todos. Son las 12 de la noche y las mujeres todavía están levantadas, organizando, y nadie les remuneran ni les reconoce ese trabajo. Las mujeres siempre están dispuestas 24/7 para los demás y para ellas no están dispuestas, lo último que hacen es dedicarse un tiempo para ellas.

2. ¿Si las condiciones laborales fueran más equitativas considera que habría más mujeres en cargos y no solo en la labor del hogar?

Si hubiese una equidad de género cómo debería ser habría más mujeres en el campo laboral prestando sus servicios a cambio de remuneración, pero eso también las pone en desventaja no sólo por el sueldo, sino que tampoco las contratan. Si meten la hoja de vida un hombre y una mujer, terminan contratando al hombre, le toca a la mujer una ardua lucha para poder acceder al empleo.

3. Las mujeres tienen menos interés en la política y mayor participación en grupos de comunidad, ¿por qué?

Primero, la misma sociedad a las mujeres públicas las condena, una mujer muy pública es una mujer que la sociedad misma la está sepultando y las mujeres dicen que ese rol político es para los hombres, “las mujeres no servimos para la política”. Ósea no sólo no sepultan la comunidad sino nosotras mismas nos condenamos a eso. Por ejemplo, en mi municipio las concejalas ¿dónde están?, ¿dónde están las aspirantes a la alcaldía?, ninguna se atreve. No hay esas mujeres capaces de pararse a decir sí podemos. En cambio, en lo religioso como van a rezarle a Dios allá no van a pecar porque la sociedad misma las condena y dicen cómo van a hacer política, allá van solo hombres. Si van a reuniones políticas el esposo les dice para allá no va, en cambio a los grupos religiosos, a rezar, a la iglesia ahí sí puede, “porque la mujer sólo sirve para rezar”

4. ¿Las mujeres necesitan permiso de su marido para visitar a un familiar?

Desde la crianza el matriarcado no nos enseñó que debíamos ser solas, independientes, veíamos a nuestras madres que tenían que pedirle permiso al esposo, entonces la hija sigue creciendo con el mismo rol. Creen que el dueño de ellas es el esposo, que hay que pedirle permiso al dueño y no. La misma sociedad y la misma crianza que figura de año tras año, de generación en generación, sigue todavía con los mismos mitos, “yo me casé y mi esposo es mi dueño y yo tengo que pedirle permiso para que sepa, a ver si él me deja ir”. Ese rol que todavía ellos no quieren entender de que yo soy una persona y él es otro, y que cada quien tiene sus propias decisiones independientemente de la relación que se tenga.

5. Pocas mujeres creen en el perdón y la reconciliación…

Las mujeres no participan en eventos abiertos, en charlas de perdón y reconciliación, entonces las mujeres apuntaron al proceso de paz, pero ahora dicen no yo no perdono. Es falta de educación, de concientización, hay que concientizar que algún día tienes que perdonar que para poder seguir viviendo hay que hablar de perdón y reconciliación. Eso todavía falta en nuestras mujeres, mujeres que fueron víctimas del conflicto que nunca han sido atendidas emocionalmente. Todavía su duelo sigue ahí, entonces cómo esas mujeres van a hablar de perdón y reconciliación si ellas todavía tienen ese dolor latente. De pronto las que hablamos de perdón y reconciliación es porque hemos tenido la oportunidad de estar en otros espacios y hacer ese proceso de perdón.