Los años de violencia que ha padecido Colombia por cuenta del conflicto armado interno han dejado varios daños como consecuencia de la violación de los derechos humanos de la población. Las víctimas han sufrido afectaciones físicas, morales, psicológicas y emocionales que afectan su vida personal y de comunidad; el 25% de quienes han vivido más de un hecho victimizante está en riesgo de padecer malestar psicológico, aun así, están dispuestas a la reconciliación.
La Muestra Especial 2019 Colombia, un país más allá del conflicto evidencia las condiciones desiguales y los estereotipos discriminatorios que afronta la mujer colombiana. El estudio reporta que sólo el 21 % de las mujeres tiene empleo, mientras que el 53 % de los hombres lo tiene. El 51 % se dedica a las labores del hogar; el 52 % cree que una mujer solo se realiza cuando es madre; el 63 % considera que ser ama de casa es tan satisfactorio como trabajar fuera de casa, y apenas un 35 % asiste a reuniones de movimientos o partido político.
La sentencia que lanza Maddy Bowen, la reportera estadounidense –interpretada por Jennifer Connelly en la película de 2006, Diamantes de Sangre–, cuando llega a uno de los campos de refugiados que ha dejado la guerra de finales de los noventa en Sierra Leona, resume en gran parte cómo los conflictos y sus víctimas se convierten, a menudo, en un simple reporte de números: “Así es como luce un millón de personas. Por el momento, el segundo campamento más grande de África. Podría ver un minuto de esto en CNN, en algún lugar entre los deportes y el clima”.
El 22 de junio de 2019, el dolor del hijo de nueve años de María del Pilar Hurtado Montaño recorrió en video los medios de comunicación. Su mamá había sido asesinada a su lado mientras los dos iban camino al trabajo de ella. María del Pilar era una de las lideresas sociales de Tierralta, Córdoba. Las imágenes de su asesinato trajeron pronunciamientos de rechazo y de “investigación exhaustiva” por parte de los gobiernos Nacional, regional y local, la Fiscalía, la Procuraduría y la Policía, pero pronto la contundencia de esas palabras se desvaneció, y hasta el cuestionamiento de si era o no lideresa social apareció rápidamente, tanto así que un año después las capturas por el crimen y las promesas de ayuda y protección a su familia –cuatro hijos y sus padres– brillaban por su ausencia. Solo en los primeros días de julio de 2020, la Policía capturó a tres personas relacionadas, al parecer, con el homicidio.