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¿El reporte de síntomas de malestar sicológico significa que no hay crecimiento postraumático?

Lo primero que deberíamos considerar es el hecho de ser una persona que experimenta recuperación o crecimiento traumático no implica ausencia de síntomas o ausencia de reacciones. El tema es que a pesar del dolor y del malestar que se pueda experimentar por esos hechos, las personas pueden recuperar su funcionalidad, pueden continuar su vida y experimentar niveles de gratificación, de esperanza, de posibilidad de reconciliación.

La reconciliación y el perdón son actitudes morales, tienen que ver con la valoración del comportamiento como deseable, como bueno, como aceptable y pueden ser experimentadas por las personas a pesar de haber sufrido daño, y eso tiene que ver con el desarrollo moral al que han podido acceder. Por otro lado, tiene que ver con la proximidad de los eventos, mientras los eventos están más cercanos en el tiempo menos probabilidades hay de reconciliación y perdón, o con la cantidad de eventos y el tiempo al que las personas estuvieron expuestas.

Hay personas que habiendo sufrido muchos daños están dispuestos a la reconciliación y el perdón, básicamente porque uno pueden enmarcar la situación que les ocurrió en un contexto que muchas veces puede ser más allá de lo personal; es decir, descentrar la acción de daño como parte intencional dirigida hacia sí mismo, sino por ejemplo, ubicarla en el marco de un conflicto general donde la propia vida, el propio cuerpo, la propia dignidad se vio afectada o de alguien que uno ama, esa puede ser una posibilidad.

Otra posibilidad, es porque para muchas personas dentro de sus concepciones morales, algunas incluso permeadas posiblemente por pensamientos religiosos, el acto de perdón y el acto de reconciliación es una forma de obtener la serenidad y la paz que les permite seguir adelante en la construcción de su vida más allá del hecho víctimizante. Yo no creo que esas sean condiciones para la construcción de la paz, creo que son elementos que pueden ayudar a mejorar la convivencia, pero en tanto forman parte de las emociones morales son idiosincráticas y pueden o no alcanzarse, pueden o no ser el resultado de un proceso de acompañamiento, por ejemplo, psicosocial y de las acciones de reparación.

Sí hay acciones de reparación y garantías de no repetición probablemente aumenten las posibilidades de una persona de disponerse a convivir, incluso con condiciones de reconciliación y de perdón hacia la persona que causó el daño o el actor que estuvo involucrado en el daño que padeció esta persona.

¿Qué papel juega la confianza interpersonal en las actitudes de reconciliación?

Eso es súper importante porque uno de los daños más grandes que ha hecho el conflicto a nuestro país es atacar directamente al tejido social, entonces cuando se rompe el tejido social, cuando se genera desconfianza hacia las personas cercanas, se rompen los vínculos comunitarios, se genera la sensación de que el vecino puede ser una persona peligrosa o que no debería hablarse en presencia de esas personas porque parece que están relacionadas con un actor o con otro. Lo que se está dañando ahí son esas relaciones de confianza que constituyen el tejido social.

Entonces evidentemente buena parte de las acciones de reconstrucción y reparación que toca hacer en los procesos de conflicto y pos conflicto es la recuperación de la confianza. La confianza es para mí como un salto al vacío, un salto al vacío porque te doy la oportunidad de que puedas mostrar que tu conducta ha cambiado, quiero creer que no me vas a defraudar, quiero ver que estás dispuesto hacer las cosas de otra manera, pero no hay ninguna garantía a priori de qué eso va a ocurrir.

En la confianza que es una construcción casi que se hace simultáneamente cuando convivimos con el otro, ahí sí a través de pequeños actos que muestran la disposición de la otra persona de reconstruir ese tejido que se rompió en algún momento por la acción de la guerra. Esa confianza sí es una condición claramente para la reconciliación, que yo pueda volver a creer y a confiar que esa persona que me ofendió o ese actor o esa institución en la que yo no creía ha dado muestras de querer reparar su acción, y de querer cambiar su conducta o la conducta que dio origen al acto violento o víctimizante.

En los municipios Pdet de mayor capacidad estatal están dispuestos a convivir, pero no ven posible el perdón, ¿por qué esa diferencia de percepciones?

Es posible que donde las personas perciben de alguna manera mayores garantías por parte del Estado en relación con la presencia, no a través de la Fuerza Pública, la presencia en relación con la garantía de los derechos fundamentales o con entidades como la Defensoría del Pueblo, o algún tipo de organización que sea medianamente garantía de los derechos, es posible que se genere en las personas una sensación de mayor cuidado, protección y atención que les permita sentir que pueden convivir.
La otra que se me ocurre es que hay muchas personas que no ven posible la movilización o el desplazamiento voluntario para ubicarse en otras regiones, allí están arraigados tienen sus únicas propiedades, tienen sus raíces, incluso más allá de lo material. Por ejemplo, con los pueblos indígenas sus raíces antropológicas, eso tiene un peso mayor frente a la posibilidad de irse y vivir el desarraigo.

Entonces ante la evidencia de la cesación del conflicto o que ya no se evidencian enfrentamientos o los actos victimizantes que fueron objeto, incluso de que ellos llegaran a ser municipios priorizados, es posible que la gente conciba la posibilidad de convivencia a pesar de que eso no implique, por ejemplo, aceptar la condición del perdón.

Yo acepto que viva ahí, pero me lo voy a encontrar por la calle, a lo mejor nos vamos a ver un día en la iglesia o en el supermercado, no me pidan que le hable, no quiero que me mire, no quiero saber nada de él. Pero es darle un lugar que eso es lo que permite la convivencia, darle un lugar al otro a pesar de que eso no implique una interacción, por lo tanto, un perdón. Que creo que también es algo que está sobre estimado en el proceso de paz, la idea de que la condición para que se dé la paz es que la gente se perdone,
El perdón es un acto individual voluntario que puede o no darse al otro, pero que aún sin que se dé, sin que haya perdón es posible que haya una convivencia pacífica, en donde simplemente lo que hay es un reconocimiento del otro compartiendo el mismo espacio temporal que yo comparto, pero sin una interacción que antes era por coacción y violenta por parte del actor y ahora es indiferente o cordial o distante, pero es una convivencia, vivir con otros.

¿Cuáles son los retos para la reconciliación teniendo en cuenta la relevancia de la salud mental?

Yo creo que en cualquier hecho de victimización las personas sufren una afectación y esa afectación puede o no dar lugar a la presencia de problemas o trastornos mentales, muchas personas se ajustan a esas respuestas emocionales adversas que todos tenemos. Ante un hecho victimización muchas personas se recuperan gracias a sus propios recursos personales, históricos, colectivos. Un porcentaje más pequeño tiene problemas de salud mental y esos son susceptibles de acciones de prevención porque el riesgo ya está ahí y pueden ser susceptible de atención en materia de política pública. Y un porcentaje más pequeño, pero no despreciable son las personas que como consecuencia de la exposición a estos hechos victimizantes pueden desarrollar trastornos mentales, esas son personas susceptibles de atención directa para la remediación y para la recuperación, porque ahí se pueden ver efectos mucho más devastadores sobre la salud mental.

Cuáles son los desafíos que tiene un país en materia de esto, priorizar la salud mental como un tema de salud pública, con acciones que no sólo tienen que ver con la atención y medicalización de las personas que tienen trastornos, sino las acciones colectivas que van a ayudar a hacer cosas como disminuir los riesgos cuando esos riesgos ya están presentes, pero además promover comportamientos de salud mental que favorezcan el desarrollo de estas habilidades de afrontamiento que son las que van a llevar al crecimiento postraumático que es reponerse a través de la adversidad, no ver el lado positivo de la adversidad, de sacar beneficios en términos de del desarrollo de competencias de afrontamiento personal entonces el desafío es llevar la salud pública la salud mental al escenario de la salud pública, comprometerse con las acciones de salud mental no focalizadas exclusivamente en los pacientes que tienen trastornos Y en dar esa atención médica izada sino en la garantía de salud pública o una acción de salud pública es una acción de masiva y esa es para mí una de las grandes de los grandes retos y desafíos que enfrenta el sistema de salud en este país